Realmente, no podemos concretar una fecha para la construcción de esta cueva artificial, aunque los más avezados han propuesto el 1300 como el tiempo de su elaboración, al estar esta zona del Matarraña por aquella época,dominada por órdenes militares con creencias muy especiales y sincréticas.
Se tiene constancia que muy a posteriori, concretamente después de las últimas guerras carlistas, un militar de alta graduación se refugió en esta zona, en un intento de recogimiento espiritual y para supuestamente purgar sus pecados de sangre, concretamente en el ahora derruido "Mas del penal" (Masía del penal) desde dónde queda muy cerca esta pequeña cueva, a la que algunos la han venido a nombrar "La Petra del Matarraña". Este ex militar llamado Joaquin Segura, parece ser que modificó en cierta medida esta construcción, ornamentándola con dibujos geométricos, quedando algunos inconclusos, como podemos ver a día de hoy sobre la entrada a la cueva. En la parte derecha de la entrada, también se intuye una inscripción tallada en la piedra, pero que no se distingue muy bien que dice. Algunas lenguas de esta zona, comentan que este militar vivió dentro de esta cueva; cualquiera que la visite, pronto se podrá dar cuenta, que dentro de ella, no se puede vivir, ya que el habitáculo es muy pequeño, lo que induce a pensar, que simplemente era, para realizar ciertos ritos iniciaticos o similares.
Este habitáculo pétreo y retornando a los tiempos de la reconquista, según ciertos entendidos, bien pudo ser utilizado como lugar para cierto tipo de ritos especiales, muy dados a órdenes de caballería de la época. Posee dos trépanos en la pared de roca un tanto curiosos; uno es totalmente pasante y el otro no... Hay quien ha querido ver en estos trépanos, los conductos de la gran pirámide, donde existen unos que tienen salida al exterior y otros no.
También existe la teoría, de que simplemente fuese una tumba, que en su momento se encargó de labrar y preparar el dueño de estas tierras que vivía en el antes ya citado "Mas del penal" donde podemos apreciar entre sus paredes de sillares derruidos, arcos coronados en sus piedras clave con las ya conocidas cruces paté. La realidad es que nadie tiene constancia de que este lugar albergara un enterramiento, así que esta última teoría la podemos dejar aparcada por ahora.
Sea como fuere, este lugar bien merece una visita y dejarnos envolver con su aura de magia; además, si el viajero se atreve, realice el sano ejercicio de intentar imaginar para que se hizo esta curiosa construcción.