22.5.16

Un deseo en Tella


En esta ocasión nos acercamos hasta la población altoaragonesa de Tella, para conocer una tradición muy especial y desconocida, incluso para algunas de las gentes de los valles colindantes a Tella, que tiene como función, poder pedir un deseo a la Virgen de la Peña, una de las ermitas existentes en las cercanías de la población.

Como pequeño apunte diré, que esta ermita, junto con la de la Virgen de Fajanillas y la de San Juan y Pablo, se colocaron en esta zona del Pirineo, por unas creencias muy arraigadas en la zona, donde se decía que en el entorno del pueblo de Tella, había mucha influencia del maligno y, toda esta manifestación negativa venia de un peñasco llamado “El Puntón”. En sus estribaciones, se levantaron estos pequeños templos románicos, para intentar deshacer estas emanaciones de energía negativa que fluían de este peñasco rocoso. Esto que aquí expongo, no es gratuito, ya que sobre el año 1500, hubo una infestación de posesiones demoníacas en esta pequeña zona pirenaica, donde tal cual está recogido por la Santa Inquisición, las poseídas, ladraban como los perros y se comportaban como tales; se les llamó “las ladrantes”

Volviendo a la ermita de la Virgen de la Peña diré, que cuando el caminante comience el tránsito por estas tres ermitas, deberá coger una piedra pequeña al principio del camino, que le quepa dentro del puño, visitar las ermitas que encontrará en el camino rezando un padrenuestro y una avemaría (La ermita de san Juan y Pablo, Fajanillas Y la de la Peña, por este orden), cuando lleguen al último templo (la de la Peña) se dejará la piedra con la que ha realizado el camino, en la ventana existente dentro del templo junto a otras ya depositadas, rezar lo acordado y tras ello pedir el deseo; dicen que lo anhelado se cumple.

Antaño, se pedían bendiciones, protección de todo mal, sanar enfermedades… no se que podrá pedir usted hoy en día, pero por intentar un imposible no hay ningún problema, igual se sorprende y se cumple; además, ya solo por el fantástico entorno que podrá contemplar, merece la pena realizar todo este sacro trayecto.

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