
En la comarca del Bajo Cinca nos encontraremos con la población oscense de Candasnos, este pequeño núcleo urbano esconde en su historia una antigua costumbre ancestral aglutinada en su pequeña ermita medieval (S. XV) de san Bartolome (otros dicen que de san Marcos). Destruida en la guerra civil, se sabe que tenia dos altares policromados sobre pared, dedicados a la Virgen de la Alegría y a san Ramón Nonato.
Precisamente por estas dos advocaciones se cree que dentro de este eremitorio se celebraban ritos de fecundidad, pues observemos que uno es como ya apunto san Ramón Nonato (Nonato- el no nacido) y la otra figura, la Virgen de la Alegría (por el nacimiento de un bebe).
A día de hoy, solo quedan en pie una de las paredes originales con sus contrafuertes, el resto no existe, en su lugar se construyo sobre la segunda mitad del siglo pasado una ermita de corte modernista que como podemos deducir no conserva ninguno de los elementos de los aquí expuestos. (quede pues este escrito para el recuerdo de lo que allí hubo)
Cada 5 de febrero, el día de santa Agueda, se acercaban las mujeres casadas y también las solteras de la población que nos ocupa, para frotarse contra un pequeño menhir que existía en el centro de este templo para de esta manera implorar la fertilidad. Una vez pasadas todas las mujeres, se danzaba en torno a la roca a modo de agradecimiento. Este pequeño menhir, con el tiempo fue modificado, dejándolo con una forma de piedra sillar cuadrada y manteniéndose anclado en el suelo, también vario la forma del rito, en vez de lo anteriormente citado, ahora simplemente se danzaba y se tocaba con la punta del pie para realizar el rito de fecundidad.
Para llegar, saldremos de Zaragoza capital por la N-II, manteniendonos por esta vía durante unos 90 km. al final de los cuales nos encontraremos con esta población.
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