23.7.12

Espantar los males


En esta ocasión, no voy a referirme a un lugar mágico en concreto, sino más bien a una creencia ancestral muy propagada por los pueblos de Aragón.

Esta costumbre (así la llamaremos) está latente en algunas poblaciones pequeñas de este viejo reino y que han pasado desapercibidas para nosotros, pero que a buen seguro, si nos fijamos bien, encontraremos vestigios de ella por bastantes de los pueblos aragoneses que visitemos, dándonos a entender la fuerte raigambre y de lo aferradas que estuvieron y aún hoy en día están, en las mentes de las personas que habitan estos núcleos urbanos. Me estoy refiriendo a esos miedos ancestrales, de cómo prevenir los males de ojo, los malos espíritus, encantamientos y cosas negativas en general, además de ser empleado como un método profiláctico para evitar la profusión de insectos y plagas.
Dejando en este caso las famosas espantabrujas a un lado (piedras labradas o simplemente puestas verticalmente encima de las chimeneas de sus casas), las gentes, para protegerse de todo lo anterior nombrado, tenían la costumbre de encalar las puertas y las ventanas de sus casas, para como ya digo, no permitir la entrada de lo maligno. Se cree que esta costumbre se remonta al antiguo Egipto, cuando los israelitas que allí vivían, pintaron con sangre de un cordero degollado los marcos de las puertas de sus casas, mandado así por Moisés, para que el ángel exterminador no entrara en sus casas y se llevara (diera muerte) al primogénito de cada familia.
En la fotografía de época, podremos apreciar, que en algunos casos no se conformaban con pintar los marcos de puertas y ventanas; ademas aplicaban símbolos de difícil interpretación para nosotros, pero que a buen seguro, tendrían su significado para los moradores de las casas.

Invito al lector a pasearse por los pueblecitos pirenaicos donde podrá descubrir, además del encanto de cada población en concreto, lo que aquí nos referimos y posiblemente sorprenderse de ver algunas casas, perfectamente encaladas, manteniendo viva esta antigua costumbre.